Dulce

Dulce

25 de diciembre de 2009

Detrás de ese segundero

Cae la noche,
ante la atenta mirada,
de Sierra Nevada,
mientras una riada,
procedente del cielo,
dosifica todo cuanto ve.

Bajo la mirada tenue,
de la lámpara de la discordia,
dos regazos se funde en uno solo,
convirtiéndose en una sola llama,
en un solo fuego.

Al fondo un ruido estrepitoso,
procedente del segundero,
de ese reloj que avanza,
rápida pero lentamente,
marca cada paso dado,
cada recoveco saboreado.

El punto de ebullición llega,
a su estado de éxtasis,
al poder contemplar,
una vez más,
esa sonrisa cautivadora,
culpable en cualquier caso,
de todas mis sonrisas diarias.

5 comentarios:

La Gata dijo...

Qué bonito es poder observar esa sonrisa que nos contagia, que mueve nuestro interior... y ya puestos, en el entorno que describes, poder besarle sería ya una pasada....

Besos

Winnie dijo...

Por una sonrisa....yo daría TODO. Un beso

Anónimo dijo...

A veces sabes que tienes algo pero no lo sientes, no lo disfrutas como si lo tuvieras porque quizás en el fondo piensas que no te pertenece. A veces no eres consciente de lo que tienes aunque se presente frente a ti y te corte el paso. Simplemente pides perdón y te apartas para seguir tu camino. A veces es necesario que te coja por el brazo, te voltee y te bese sin permiso para que te pares y le prestes atención.

La Navidad... Que me sienta mal... ;)

Un besazo.

Tanais dijo...

Que bonito pasar estas fechas con esa sonrisa cautivadora!!! a disfrutar chiquilla! y Feliz día de Navidad!!!

Keka dijo...

¿Sabes que me estoy leyendo un libro de la Granada del siglo 16? Me acuerdo de ti cada vez que lo leo ;)

pd: Espero que nos tomemos ese café ^^