Cierre momentaneo

Acercándose esa semana donde  la devoción de unos hará que hablar  aquellos que no entienden el porque de esa celebración y viceversa, una nueva brisa golpea de nuevo mi rocambolesca vida cabril, produciendo el abandono de ese bombo y maza para dar paso a unos días, donde mi única acompañante será mi amada y maravillosa tabla de Surf, dejandome no solo un dulce sabor de miel, por dejarme saborear ese viento golpeando mi cuerpo, si no marcar  a golpe de agua, caídas inocentes y no tan inocentes.

Recuerdo aún cuando tenia 13 años, la primera vez que me monté en una tabla de Surf, la inexperencia y las ganas de montarme en ella, hicieron que olvidara por completo ponerme ese chaleco azulado y de esperar a un acompañante especializado, no contenta con eso, mientras una sonrisa era dueña de mi rostro, me dejé llevar por el viento y la corriente, acabando en una Isla al sur de San Javier (Murcia). 

Por áquel entonces no había móviles y en los sitios de veraneo no había  telefono fijo, asi que tuve que esperar a la luz de la luna, para que vinieran a socorrerme, acompañado indiscutiblemente de una exquisita y deliciosa galleta plasmada en mi espalda. Desde entonces siempre que he salido a navegar, ya sea en Pastinaca, Velero, Catamarán u Surf, me  he asegurado de llevar puesto ese chaleco azulado de antaño, cuya única misión era perder toda  movilidad, ya que para no ahogarme tenia a las mil y una medusas que me rodeaban, pero aún así con cierta "gracia" me colocaba ese chaleco.

Y es ahora depues de unos años, cuando me aventuro a vivir no solo una experiencia inolvidable encima de mi tabla, si  no volver a recordar que "La vida es una Gran Ola".

Aunque esté ausente durante unos días, desde hoy, os seguiré leyendo y como no, dejando esa "marca" cabril que me caracteriza.

Mil besos.