Dulce

Dulce

3 de marzo de 2010

La vida como un océano

Después de unos días frenéticos cuyos únicos acompañantes fueron un bólido gris plata y la inconfundible locura dueña de esta silueta cabril, llegue a ese cuarto cuyas paredes son  vigilantes nocturnas de todo cuanto sucede cada noche. Mientras un cansancio se dejaba ver, me dejé caer en ese sillón azulado de antaño, busqué desesperadamente el mando de esa caja tonta llamada "Equipo de Música" , tras pelearme una detrás de otra con el mando hasta dar con mi emisora, encendí ese callado pero ruidoso Pc.

Y es cuando sin saber el porque y el como, acabé por estar perdida en las múltiples fotos de antaño, mientras una carcajada sonora era dueña indiscutible de todo ese momento, mis pupilas observaban detenidamente cada rasgo, pecularidad de todas fotos que me vieron crecer. A medida que observaba cada foto, mi sonrisa era aún más grande y fue cuando llegue a esa foto cuando una carcajada se oyó en toda la casa, produciendo cierto desconcierto al personal de la casa.

Y es esa foto, donde vi reflejada en mi misma, la ilusión e ingenuidad típica de una post-adolescente de 17 años, donde creía que ya lo había vivido, experimentado y sufrido todo en la vida, ¡que ilusa era!. El relieve que protegía esa foto, era nada más y nada menos que el cálido "Mar Menor", testigo indiscutible de mis múltiples caídas y risas encima de esa Tabla de Windsurf. Después de recuperar  todos los recuerdos de esa foto, cerré una época que creía olvidada.

La vida es como un océano, donde las olas te llevan de un sitio a otro, golpeando con fuerza contra el  cuerpo todas las sensaciones posibles, haciendo perder en más ocasión ese equilibrio deseado y es cuando nosotros desvatados, cansados y molidos tiramos la toalla, dejando una vez más nuestra suerte  a  la merced de ese jodido destino llamado "Azar".

Y como océano que es la vida, dentro de ella, habitan o permanecen pequeñas islas cuya silueta sin igual hacen que caigamos rendidos ante tal belleza, y es cuando nosotros temerosos de cualquier inconveniente o desafío, no nos aventuramos a conocer esa isla por dentro. ¡que ingenuos somos!, ya que nos olvidamos que" la verdadera belleza esta en el interior de cada isla, cada cual  más bella."

Así pues, no olvidemos que la vida es como un océano, cuya marejada nos lleva de un sitio a otro, pero somos nosotros quienes decidimos si mantener la dirección de esa marejada o pelear hasta la saciedad para llegar a esa orilla deseada. Y de igual manera todas esas islas que nos rodean de una forma u otra, son las diferentes y múltiples personas que pasan a lo largo de nuestra larga y corta vida. Cuya belleza sin igual merece venerarla sin ningún tipo de tapujo.



7 comentarios:

Keka dijo...

Ey! ¿Quién eres en la foto?
Yo es que soy muy cagueta para hacer surf ¬¬... Pero me gusta el mar ;)

Un beso!

Nunca dejes de sonreir dijo...

Mmm, soy la del chaleco azul y amarillo (en mis tiempos mozos!!!)

Un beso!

Winnie dijo...

Ya sabes lo que decía Forrest Gump era acertadisimo...nunca sabes lo que te puede traer la marea. me encanta verte. Besos

BRILLI-BRILLI dijo...

Que ilusión verte!!!y con ese chaleco!jejejeje
Estupendo post para recordar...

Besos

Laury Muñoz dijo...

Gracias por comentar :)
Yo creo que la vida, para mi es una obra de teatro. Se abre el telón, actúas (problemas del directo incluídos) y al final se baja el telón y se aplaude.
Te sigo. Un besazo!

.A dijo...

recuerdos... :)

Nunca dejes de sonreir dijo...

*Winnie: Efectivamente estaba en lo cierto Forrest Gump, de igual manera estaba en lo cierto en la siguiente frase "La vida es una caja de bombones nunca sabes lo que te va a tocar". Un besazo, peque!.

*Brill-Brill: :$..., ese chaleco es testigo indiscutible de todas mis locura y lo sigue siendo :D... Besos!.

*Laury: Tu reflexion, me ha recordado una frase que suele utilizar un conocido en la cual dice " La vida es un teatro sin espectadores".

Nos seguimos leyendo ;)

Un besazo.

*Alba:recuerdos son