Dulce

Dulce

6 de marzo de 2010

Tras un día extraño

" Ni por asomo te llevo, si quieres te vas a andando si no en el caballo de Santiago", con esa melodía amaneció en el día de ayer, mi flamante bólido gris plata a la tardía hora de las 6:45  de la mañana, después de cuatros mimos contados al puro estilo:

-Venga pequeñín, arranca!!!, no seas mamoncillo y me hagas ir andando..¡¡Venga!!, ainsss ¡que poco me quieres jodio!!!.

Y no sé que parte le afectó al pequeñín, pero por arte de magia, arrancó, así que sin más preámbulos, me dirigí hacía esas colmenas de naves, llamado Polígono Industrial, cuya espectacular y exuberante mesa de despacho y facturas me esperaban como un amante desesperado por demostrarme su amor eterno.

Esperé que abrieran el taller de enfrente y en la hora del desayuno, me acerqué para que averiguaran porque el bólido se había declarado en huelga. Y ahí estaba ese mecánico engrasado, no sabría distinguir el color de su mano, aún así, no me importó apretugarsela de tal manera, que sus pupilas casi se le salen de su órbita, dejandome eso sí, mi palma no solo negra si no engrasada. Después de tímidas sonrisas, un sutil susurro se dejo oír.

-¿Qué le pasa?

- Mmm, pues no sé, esta mañana se ha declarado en huelga y no quería arrancar.

-Ajá.

Con cierta delicadeza se montó en el coche, observó el cuentakilómetros y casi sin inmutarme, lo vi abriendo el capó de mi flamante bólido.

- Me temo que tengo que cambiarle el aceite, esto llevara un par de horas, me lo dejas y te pasas a las 13:30 por él.

-Mmmm, bueno si no tengo más remedio, lo haré.

- Eso sí, otro día no esperes tanto, ¡y más si viajas tanto!.

Y fue en ese momento cuando miré  al cielo y con cierta ironía le comenté:

- Oye, ¿hace solito, no?.

Su carcajada se hizo aún más grande  mientras titubeaba...

-¿Solito?, pues no sabría que decirte, ya que está diluviando a mares!! jajajajaja...

-Jajajaja, lo sé, me paso a recoger al pequeñin a esa hora, hasta luego.

-Hasta luego guapetona.

Después de situar bien mi bólido, me adentré en  ese despacho para fundirnos en un solo cuerpo y entregarnos en ese plancentero placer que nos produce las mil y unas facturas de cada día. Nuestro gozo era cada vez más excitante hasta tal punto que me olvide de todo y todos.

Y ahí estaba yo, con las miradas pusilánimes de mis compañeros recorriendo cada recoveco de mi cuerpo expectantes ante la búsqueda de las llaves de ese pequeñin, llamado Bólido, y fue cuando me acordé que tenía que recogerlo del taller, pero hacía como 1 hora y algo que habían cerrado.

Así que con cierto  aire de resignación, comencé a andar hacia mi dulce y cálido hogar, me esperaban 2 Kilómetros, pero poco me importaba, de esa manera recordaba esa sensación única de dejarse colar entres calles comunes y siluetas extraordinarias. Después de comer a velocidades desorbitadas, como buena silueta cabril, observé un claro en el cielo y como un tornedo, me enganché el MP4 , llevándome como  dulce compañía esa bola de 4 patas llamado "Rottwailer".

Después de corretear por esa plaza que tanto adora, se acercó a mí, dejandome ponerle la cadena y sin previo aviso comenzamos a andar, mientras nos dejábamos deslizar por cada calle y recoveco, un aire desproporcionado hacía que su pelaje se descolocara  y su rostro dibujara un aire de velocidad, que más bien parecía que corría en F1, al estilo de Fernando Alonso, mi carcajada era aún mas superior que la sintonía que sonaba en el Mp4, mientras las miradas desconocidas se clavaban en mí, a la vez que me acompañaban en la carcajada solemne.

Sin darme cuenta llegamos a ese cruce, donde en antaño, se me abalanzó un coche, provocando que me cayera y me rompiera el brazo izquierdo, no antes de haberse dado la fuga. Después de recordar ese efímero recuerdo, nos adentramos en la eterna cruzada de un cruce mortal, con paso decidido me aventuré a cruzarla, cuando de repente un coche se acercó velozmente y fue cuando   mi cuerpo actuó como un verdadero capote de un extraordinario torero.

Fue en ese momento cuando comprendí no solo que la vida es un efímero suspiro  sino que además de que los pasos de peatones son  invisible, las rotondas  se podían llamar "Plaza de Toros", ¿por qué?

"Porque entras a matar o a que te maten"

2 comentarios:

Elena dijo...

Pues mi Chiquitín el miércoles dijo que no y fue que no. Me lo tengo merecido por haberlo dejado tres semanas ahí sólo sin haberlo sacado un ratillo... en fin, supongo que es la batería (espero que no sea nada más grave).
Y sí, hay que tener mil ojos tanto como conductor como de peatón.

Un besazo ;)

.A dijo...

a todo el mundo le gusta ganar.. aunque eso conlleve matar..