Para esa pequeña niña

Hacía tiempo que no veía un maremoto brotar por ese angelical rostro y ayer como un vendaval irrumpió en  ese rostro que tanto admiro. Buscaste desconsoladamente ese abrazo que siempre rehuyes, pediste en silencio pero a voces que permaneciera a tu lado, borrando esa imagen inquebrantable  que sostienes día a día. 


En un instante observé la pequeña silueta de una niña en cuerpo de mujer y fue cuando comprendí lo mucho que luchaste por sacar a esos soles de hijos que tienes, lo mucho que dejaste por mantener la poca cordura de tu agitada vida.


Con cierto esmero y cariño moldeaste a tus hijos a tu viva imagen, para acomodarles todo lo posible en lo que tú sufriste, olvidándote por completo de ti, de tu vida,  de tu sonrisa, lo aparcaste a un lado. Y es ahora con el tiempo cuando te das cuenta que olvidaste "conducir" tu vida, mientras cierta soledad te embarga.


Y ha sido desde la lejanía pero cercanía que te caracteriza cuando has contemplado los pasos diarios de tus hijos, algunos acertados y otros equivocados, pero en definitiva  han sido sus decisiones los que le han llevado al lugar donde se encuentran, mientras una sonrisa sincera y con aire de picará se alegra de que hayan llegado por ellos mismos a donde han querido.


Quisiera cerrar los ojos y ser como tú, pero sé de sobra que eso es imposible ya que  aún haciendo una perfecta figura de ti, ni por asomo se podría parecer a ti, tan  sincera, sensual irremediablemente franca  y cuyo corazón dulzón me conquista cada día más.


Solo me queda por decir, gracias por ser la sonrisa de cada mañana, el abrigo en esos días grises, el vendaval  en esos días aplomados, simple y llanamente gracias por quererme por lo que soy. Te quiero, mamá.









(Canción dedicada a "pensamiento del....." que últimamente la tengo un poco olvidá)