Dulce

Dulce

17 de junio de 2014

Y es que....

Desde que tengo uso de razón,me encanta perderme por cualquier reconditó lugar llamado Vida. Siento la necesidad de perderme por ese asfalto agrietado mientras los molinos de Don Quijote me imploran un amor como el de su bella Dulcinea. Y es, sin saber porque, cuando me doy cuenta que no solo me gusta el gentio de Madrid, si no su aire enamoradizo y sosegado.