Como era de esperar, la llegada del verano fue instantánea, lo mismo que llegó, una vez más volvió a dejarnos un sabor agridulce hasta el próximo año.
A lo largo de este verano, he intentado disfrutar hasta el último suspiro, he recorrido nada más y nada menos que 6.500 Kms, desde Mayo hasta ahora y aunque en algunas ocasiones acababa agotada, no me importaba pues había disfrutado al máximo de todos los instantes que se me presentaban en su momento.
Y ha sido lo largo de este tiempo cuando:
-He observado con cierta ironía, la desaparición en parte de una amistad de siete años, por el mero hecho de de tener horizontes diferentes. Recobrando fuerza la frase " O todo o nada", dejándome sin aliento e incrédula pues siempre he pensado que la vida es una gama de colores,donde el color gris, obtiene un papel de mediador.
Pero para mi suerte o desgracia, no todo el mundo pensamos igual, así que tras un nuevo intento de comenzar una relación de pareja y tras conseguir una nueva negativa de mis labios, lo observé alejarse alicaído y con cierto aire de rencor.
-Me he dado cuenta que no siempre la edad da madurez y ha sido tras un beso robado una noche de Mayo,miles de cafés y carajillos a los pies de la Alhambra y una mirada fulminante de tan solo 25 años,cuando la frase " Lo cortes no quita lo valiente", ha hecho de las suyas, convirtiendo a ese Yogurín en un amigo más que un conocido.
-Sin querer jugar al azar, me vi apostando en esos dados cuadriculados, culpables de la ruina de muchas familias, para saborear mil y un instante al lado de esa silueta argentina-malagueña, capaz de interpretar un silencio como una negativa y una sonrisa como una afirmación. Aportándome consejos en este grueso árbol llamado Vida.
-He sido testigo indiscutible del planteamiento erróneo de toda silueta andante, donde la primera impresión hace un juicio rápido, sin darte tiempo a mostrarte en tu salsa, donde la expresión de la cara en un momento dado, da entender tantas cosas y a desentender otras tantas. Creo que toda persona se define por sus actos y no por sus facciones.
-Y ha sido tras una mirada perdida y alocada, cuando he saboreado una vez más esa sensación, en la cual, aún siendo o intentando parecer una persona alicaída y con la moral por los suelos, puedes salir adelante a base de palos.
-He disfrutado de todo instante al lado de esa silueta conocida y desconocida para mí, donde el más efímero de los instantes, se convertía en un momento inolvidable.
-He tropezado con ese pasado que una vez tuve, recuperando todo habla perdida hace 5 años.
-Me he vuelto a enamorar de cada instante, cada amanecer, cada paisaje, cada línea e incluso de cada persona que me he tropezado.
-He contemplado atenta y sigilosamente la marcha de esa silueta michiña, cuyo sueño avilense se encuentra en todo su esplendor. Siendo su sinceridad y lenguaje desinhibido su arma secreta.
-He descubierto que tras esa flor de pétalos enroscados se encuentra una sonrisa enigmática, merecedora de ir descubriendo poco a poco su encantador misterio.
-He gozado una vez más del gentío malagueño, mientras me dejaba caer en esa Playa de Málaga, siendo mi compañia ese exquisito y particular monino, donde su labia, desparpajo,gracia, salero y sinceridad me dejó boquiabierta.
Y aunque me cueste reconocerlo, en este tiempo también habido ocasión para llevarme más de una desilusión u sorpresa e incluso he observado el dulce beso de la muerte en una persona muy apreciada y querida por mí.
A lo largo de este tiempo,
me perdí por esas calles sevillanas,
al son de ese azahar aromático.
Me encontré en esa ciudad ceutí,
cuya muralla me dejó maravillada.
Suspiré como Boadbil en esa ciudad,
cuyo sutil y resfrescante suspiro,
responde a Santiago de Compostela.
Observé atentamente las olas,
golpear con tal fuerza mi cuerpo,
en esa ciudad de Alicante.
Sentí una nueva brisa contornear,
cada recoveco de mi cuerpo,
en esa ciudad cuyo vigilante,
responde a Gibralfaro.
Extrañé ver esas olas gigantescas,
cuya playa empredrada,
se refleja en ese exquisito,
y delicioso rincón,
llamado Almuñecar.
Me reencontré con ese pasado,
cuyo sabor amargo,
me eclipsó tontamente,
en ese camiño Castro Dozón.
Encontré descanso y sosiego,
en esos bosques cuyos peregrinos,
adornaban cada instante en Carballiño.
Amé cada segundo vivido,
en San Cristóbal de Cea,
adoré cada mirada y tranquilidad,
encontrada en ese mar azulado de Murcía.
E incluso llegué a odiar,
a ese dulce beso,
con sabor a muerte,
cuando se dignó,
a visitar esa casa añorada,
cuya silueta bella,
no hacía nada más,
que sonreír y abrazar.
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Llevo mucho tiempo perdida, lo sé, leo pero no comento e incluso no me dejo ver por feisbu.
Esta siendo un mes realmente agobiante, entre el trabajo bueno,dos trabajos, las respectivas bodas que he disfrutado en 3 semanas, y las sesiones de rehabilitación,no tengo tiempo ni de mirarme en el espejo.