Locura XV

Aún recuerdo esos ojos grises,

deslumbrando en la oscuridad,

como si dos farolas se tratará.

Enamorabas a todo el mundo,

con ese sonido procedente,

de esa dulce boca,

cuyos frondosos labios,

nos eclipsaba permanentemente.

Eras el peque del grupo,

pero poco importaba,

pues poseías una sinceridad,

digna de envidiar.

Te fuiste haciendo mayor,

convirtiéndote en el hombre,

deseado por muchas y odiado,

por otros tantos.

Poco a poco te fuiste distanciando,

hasta llegar la odisea de no saludarnos,

motivado por la incomprensión,

de aquell@s que decían quererte,

anulando por completo,

cualquier posibilidad de verte feliz,

al lado de ese chico,

que te dibujó una sonrisa permanente.

Siempre que te veo,

embobada me dejas,

me eclipsas con ese par de farolas,

capaces de iluminar toda la oscuridad,

innata en nosotros.

Hoy he permanecido inmóvil,

contemplando el maremoto,

procedente de esos ojos grises,

irónicos pues no comprendían,

la partida de esa Gran Mujer,

a la que tu cariñosamente,

llamabas YAYA.

(Dedicado a César)

¡¡PASAD BUEN FIN DE SEMANA!!!