Una nueva tarde se me avecina encima mientras Los Rodriguez intentan animarme y dejar pensar en lo impensable y no parecer la niña exorcista una vez mas.
Sigo desganada y con arranques de llorar como si de Monsterrat Caballé se tratará, miro a un lado veo a mis peludos mirándome con ganas de salir a la calle y yo haciéndome la remolona. No me apetece salir a la calle y cruzarme con nadie, me supone un mundo, algo muy diferente en antaño donde no había manera de que subiera a esa casa que me vio crecer.
El lunes me vio el inspector y me volvió a mandar a casa aunque según él me vio " algo mejor" porque no lloraba tanto. Espero mejorar poco a poco, ya que esta desgana me esta ganando la jugada y ya casi ni me apetece mirar Facebook..
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