Un pequeño ápice de Locura

A pesar de que nos pasamos la mitad de nuestra vida, por no decir toda, luchando para que nada desaparezca y todo permanezca, nos negamos nuevamente por el mero hecho de sentir pavor, miedo, horror, pero inevitablemente todo llega a su fin en un abrir de ojos, mientras ese ápice de cordura desaparece momentaneamente de nuestra vida.

Es inevitablemente ahora, cuando comprendo que es hora de seguir caminos diferentes, nuestro punto en común voló del Nido del Cuco, hacia un lugar desconocido y aunque aún nos queda un pequeño recorrido por hacer , no quiero dejar escapar ese "Adios", de mi alcance.

De sobra sabes que no me van las despedidas, que siempre suelo terminar mis frases, con un "hasta luego" o "hasta mañana", pero en este caso la palabra "hasta luego" no nos llena, ni muchisimo menos nos satisface, así que después de pensarlo mucho, he pensado que lo mejor es despedirse en este punto, ¿te parece bien?.

Llegaste a mi vida, casi cuando la cordura y locura era una sola, arrancándome sonrisas a tutiplén, al igual, que maremotos inundando cada recoveco de mi endemoniado rostro, me acompañaste en los recorridos más tórridos y arriesgados de toda mi vida, poco te importaba, ahí estabas tú para mostrarme todo, a través de esos angelicales ojos.

Traiste una leve ventisca en forma de Libertad, haciendome sentir como nadie, enamorándome perdida mente de cada instante a tu lado ¿Como lo hiciste?.

De igual manera que me enamoraste, lograste desamorarme en un instante, borrándome todo dibujo en forma de sonrisa y marcándome con espinas la palabra "Soledad" en ese corazón que una vez conquistaste;

Como de un fogonazo se tratará y aún sabiendo que terminaria por quemarme, me acerqué sutilmente a un acalorado fuego, con la intención de quitarme de encima esa sensación que tanto me derretía;

En unos de tus típicos maremotos, colocaste casi sin que me diera cuenta, ese angelical rostro, dueño de cada unas de mis sonrisas y esperanza, dibujandome de nuevo ese endemoniado rostro que tanto te gustó.

Puede que sea la última vez que nos veamos y que borre de mi corazón cada promesa, ilusión que me diste, ¡puede!, pero ¿sabes?, aunque caminemos por senderos diferentes, nunca renunciaré a esa pequeña ventisca que marcaste con fuego en mi corazón llamada sutilmente Libertad;

Adiós amada amiga,
adiós dulce y golosa amante,
adiós celosa y odiosa enemiga,
tan solo adiós SOLTERIA.