Ese maldito tiempo irrumpe sin tregua.....

Al caer la noche,
ese astro lunar ilumina,
cada recoveco oscuro,
cada rostro tímido,
sin temor de ser odiado.

A lo lejos una silueta,
anda inmersa,
en un caminar largo,
como tan corta es la vida.


Enamorada se queda,
de cada punta de Iceberg,
reflejada en cada estrella,
que le traza ese camino,
a seguir hasta llegar,
a esa ciudad enamoradiza,
donde Carlos III se enamoró,
de la Puerta de Álcala.

Aún no ha llegado,
y ya respira con anhelo,
esas sensaciones añoradas.

Sentirá esa brisa inconfundible,
recorriendo cada ápice,
de su imperfecto e inmaculado rostro,
oirá las canciones sonar,
de esas guitarras deambulantes,
contemplara esas sonrisas,
de los desconocidos,
y los no tan desconocidos.

Con aire de resignación,
mirará a las estrellas maldiciendolas,
por no darle más tiempo,
para disfrutar de esa ciudad enigmática.

Robándole toda ilusión,
de coger ese Ave,
y plantarse en otra ciudad,
aun más enamoradiza y enigmática,
cuyo dulce susurro,
responde a Santiago de Compostela.

¡Oh, malditas estrellas!,
¡no me hagáis esto!,
¿el que?,
responde el viento por ellas,
¡Condenadas no me vaciléis!,
bien sabéis las ganas,
que me enciende,
este músculo latente,
para disfrutar de cada sonrisa,
y compañía de todo cuanto,
me queda por conocer.

No queda tiempo,
responde sin casi inmutarse,
¡Maldito tiempo, te odio!,
¿sabes lo que te digo?,
puede que ahora,
domines cada segundo de mi vida,
pero no olvides que tarde o temprano,
conseguiré ese preciado tiempo,
para poder empaparme,
de mi Madrid amada,
y de mi añorado Santiago

¡¡¡Pasad buen fin de semana!!